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Crítica: The Counselor (2013)

La película más reciente de Ridley Scott es de narración floja y muy ajena al director. La voz de Cormac McCarthy es fuerte, sin embargo, no entiende lo que es el cine.

Publicado: 2014-02-10

Hoy he visto The Counselor, una de las películas que, hasta hace un par de meses, esperaba con ansias por distintas razones. El guión de Cormac McCarthy (escritor de novelas como La carretera y No es país para viejos), el fabuloso reparto (Michael Fassbender, Brad Pitt, Javier Bardem, Penélope Cruz y Cameron Díaz) y el talento de Ridley Scott en la dirección eran quizás los motivos principales.

En The Counselor, el planteamiento del guión y su historia es simple: un abogado (interpretado por un Michael Fassbender que cumple, aunque sin gracia) participa en tratos con el narcotráfico y debe sufrir las consecuencias. Este abogado, de quien no sabemos el nombre a lo largo de toda la película, se convierte en la principal víctima de su excesiva ambición. Ridley Scott dirige este thriller de suspenso de más de 2 horas de metraje que, sinceramente, tiene tan solo unos cuantos minutos de cine.

La película es un conjunto de piezas mal colocadas sobre el tablero. Para empezar podríamos hablar del guión de McCarthy, con el que debuta en el cine. Este guión no solo no es capaz de sostener el argumento de la película ni mantener el tono adecuado para captar el interés del espectador, sino que también desarrolla una historia que no encaja con los códigos cinematográficos. Me explico mejor: si The Counselor fuese una novela de McCarthy, probablemente le iría bien (aunque sigue estando lejos de sus mejores); sin embargo, como película, no funciona.

Un ejemplo de esto último son los diálogos, cargados de una profundidad alejada totalmente del realismo que el film intenta sostener hasta el final. Todos los personajes, en algún momento, hacen uso de metáforas y de un léxico complejo sin razón aparente. Son diálogos que en las páginas de una novela sentarían de maravilla, pero que, en pantalla, se tornan aburridos y, eventualmente, hacen que el espectador se pregunte en qué momento va a suceder algo de verdad.

DAT HAIR

Los personajes, no obstante, están muy bien definidos. Si hay algo bueno que decir sobre los personajes es precisamente eso. Ahora, si hay algo malo que decir sobre ellos es que son personajes que no evolucionan, que no tienen ningún tipo de desarrollo. Incluso frente a los dilemas morales, a excepción de 'El Abogado', parecen tener todo resuelto. Desde el momento inicial en que se nos presentan estas figuras hasta el final de la película no hay ningún cambio sustancial o interesante, haciendo que no nos importe lo más mínimo el destino que tenga cada uno.

El ritmo está pobremente llevado y, si hay algo que reprocharle a Ridley Scott es que, salvo por tres o cuatro momentos puntuales, parece cederle mucho a la voz de McCarthy y castiga al espectador con una dirección impersonal y monótona durante la mayoría de película.

Aunque es cierto que no es todo responsabilidad del director. Las interpretaciones principales no destacan por nada (y para qué engañarnos, tampoco los secundarios de lujo), a pesar del intento. Ya sea por la rigidez de los personajes o por las conversaciones tan forzadas, las actuaciones de Michael Fassbender y Cameron Díaz son perfectamente olvidables.

Es curioso poder afirmar que la película solo se siente 'viva' cuando somos testigos de un asesinato. La última media hora de largometraje intenta rescatar esta la historia de The Counselor del desastre, pero fracasa en el intento. Quizás con una dosis extra de humor negro y menos drama, no habría pensado que malgastaba dos horas de mi vida; porque, sin duda alguna, la escena que recordaré de esta película -si he de recordar alguna-, es aquella que, por respeto a quienes no la hayan visto, denominaré "la escena del Ferrari amarillo". Imposible no reírse de lo absurdo de la escena, pero es imposible también no condenar a The Counselor al olvido.


Escrito por

Carlos Q.

Del '93. Periodista por la Universidad Rey Juan Carlos y tester de videojuegos. Hincha del Alianza Lima y de las películas de Dan Sallitt


Publicado en

El Cine de La Madriguera

El blog cinéfilo de Charlie Simons