Los 20 minutos eliminados de ‘The Master’ y otras cosas
Ir y ver mi primera película de Paul Thomas Anderson al cine fue, sin duda, una experiencia que no podré olvidar. Más aún, cuando esa película era The Master, quizás el trabajo más maduro del director y su obra más atractiva en el ámbito técnico y visual, debido, más que todo, al formato de los 65 mm. en el que estaba filmada.
Ahora, después de saber que su protagonista, Joaquin Phoenix, no fue premiado por la Academia de Cine con el Oscar a Mejor Actor, The Master se ha reafirmado como una de las películas que solo disfrutaron los conocedores y aquellos arriesgados espectadores que sabían que el film era un tour de force difícil de recorrer.
Me explico mejor: Hace aproximadamente un mes, Harvey Weinstein, el conocido productor de cine y fundador de Miramax, lamentó no haber publicitado lo suficiente una obra del calibre de The Master. Él explica que “debió actuar como un abogado del diablo, en lugar de como una animadora”. Y tiene razón. Porque The Master es una obra difícil de abordar para el espectador promedio (y no lo digo con un carácter despectivo, solo me refiero a aquellos que en la mayoría de ocasiones accedemos al cine como una fuente de mero entretenimiento), es un film que encaja perfecto en la definición de cine arte o incluso el cine de autor.
Una campaña de marketing que hubiese hecho que el público comprenda mejor la relación entre los protagonistas habría sido, sin duda, no solo un gran impulso para la película en la taquilla (donde no le fue mal, pero registró bastante menos de lo que se esperaba), sino también un acicate para que muchos de esos espectadores en búsqueda de entretenimiento se sientan cómodos al ver un viaje con personajes profundos y relevantes, así como una historia que plantea interrogantes esenciales y necesarias.
Sé que ahora quizás suene como un fan-boy (y en cierto modo lo soy del cine de PTA), pero esto es solo para dejar claro que me habría gustado que la película, o al menos el interés de verla, hubiese llegado de manera directa a más gente.
Los 20 minutos que quedaron fuera del montaje oficial son material superior a muchas de las películas que se estrenaron el pasado 2012 y, para los interesados, sirve para comprender de manera mucho más amplia las motivaciones, el carácter de los personajes y el desarrollo de la historia (algo que en el montaje oficial se sintió que faltaba).
Hasta el próximo post.